LOS ÁNGELES, 4 febrero (Reuters) - El estilo de vida ostentoso comienza a desaparecer, la crisis ha generado un nuevo modelo.
Se llama "recesionista" y le encanta gastarse 70 dólares (unos 54 euros) en lugar de 700 dólares (unos 544 euros) por un traje moderno o ponerse una máscara facial de fruta de kiwi en lugar de pagar 100 dólares por una sesión diaria en el spa de moda.
Mientras se hunde la economía mundial, las recesionistas descubren el placer de encontrar gangas en lugar de derrochar, en un tiempo en el que el consumo ostentoso -incluso para los ricos- empieza a parecer una tontería.
"Hay algo grotesco en eso de pagar el precio total, como 2.500 dólares por una cartera. Es una tontería", dijo Mandi Norwood, ex editora jefe de las revistas Cosmopolitan y Mademoiselle.
"Es muy chic ahorrar y muy chic comprar una ganga. A cualquier mujer le gusta estar a la moda, pero también quiere que perciban que es inteligente", dijo.
La palabra recesionista - que originalmente quiere decir que disfruta vistiéndose a la moda teniendo en cuenta su presupuesto- se ha extendido rápidamente y ahora incluye el mundo de las cenas, el entretenimiento y la belleza.
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